Generalmente es un placer trabajar con los clientes y estos deben ser tratados con el mismo cariño que pones al trabajo que realizas. Sin embargo, los clientes tóxicos son una realidad que se da en todos los negocios.
En este post quiero hablar de mi experiencia personal con este tipo de clientes, ya que últimamente me estoy encontrando con personas que no valoran mi trabajo; intentan reducir el precio de mis servicios o incluso no abonan los pagos una vez que se ha realizado el trabajo.
Trabajar como autónomo significa que te encontrarás con unas cuantas personas así. Un cliente que sea muy tóxico no merece ni tu esfuerzo ni tu tiempo.
Las relaciones tóxicas con los clientes pueden afectar seriamente a la calidad de tu trabajo. Trabajar con personas tóxicas no sólo perjudicará tu productividad, también dañará tu autoestima. Ningún cliente es único y definitivo, depende de ti si quieres permitirlo.
Después de varios años lidiando con ellos, te dejo por aquí algunos tipos de éstos clientes para que los conozcas y mis consejos para que los abordes de manera eficaz.
El que quiere adjudicar mas tareas de las acordadas.
Uno de los más comunes el el cliente «trabajo adicional», es el que querrá añadir continuamente pequeñas tareas no remuneradas al trabajo ya establecido.
Qué hacer: haz un resumen detallado del proyecto a realizar, no te guardes ninguna pregunta o tema antes de comenzar. Establece cuantas revisiones permitirá el proyecto.
El que intenta aprovecharse.
La mayoría de los clientes no intentan aprovecharse de ti de forma intencionada, a veces no se dan cuenta de que están llegando muy lejos.
Qué hacer: No temas a decir que no por miedo a perder el cliente. Decir que no puede ahorrarte muchos problemas.
El que no respeta los límites.
Este tipo de cliente no te responde dentro del tiempo adecuado para cumplir con los plazos y espera que estés de guardia las veinticuatro horas los siete días de la semana. No permitas que los clientes dicten tu horario.
Es posible que el cliente esté a tope de trabajo y te envíe el material tarde. A veces sucede y puedes dejarlo pasar de forma regular. Sin embargo, no podemos permitir que un cliente atrase nuestro trabajo, ya que tenemos otros clientes y proyectos.
Qué hacer: especifica tus horas de trabajo y el tiempo de respuesta para los correos o mensajes. Hazle saber que el trabajo tendrá que esperar si no ha sido enviado a su debido tiempo.
El que siempre tiene la razón.
Estos clientes son los que te dirán cómo debes hacer tu trabajo. Tendrás que luchar con ellos a diario porque creen que lo saben todo.
Qué hacer: Si no quieren escuchar y no aceptan un consejo, sigue sus instrucciones al pie de la letra aunque sepas que lo que se está haciendo está mal. Si aun así, por tu profesionalidad, te es imposible hacerlo deja de trabajar con él.
El pasivo-agresivo.
Estos clientes suelen ser muy amables y aceptan todo lo que les propones en principio pero, al tiempo, cambian de opinión y te indican que no están cómodos con tus propuestas o te reprochan el no estar receptivo a nuevas ideas.
Qué hacer: la forma de tratar con ellos es tener toda la documentación registrada y guardar todas las comunicaciones con él. Si tergiversa los hechos sólo tendrás que enviarle sus comunicaciones anteriores.
Los que te tratan como empleados.
Intentan ordenarte en todo momento y algunos pueden llegar a gritarte e incluso insultarte.
Qué hacer: evita enfrentarte a ellos, decide dónde están tus limites y no temas en «despedirle» si no te convence. Dile que no crees que la relación de trabajo sea beneficiosa y que te gustaría terminarla.
El que no paga o lo hace fuera del tiempo acordado.
Cobra al menos el 50% por adelantado y el resto a la mitad, nunca después.
Qué hacer: haz un seguimiento de las facturas y recuérdale el pago de las mismas. Si es necesario aplica un cargo por pago atrasado para las facturas impagadas. Informa al cliente que detendrás el trabajo hasta que page lo que tiene pendiente. Si el problema persiste no dudes en dejar de trabajar con él.
El que cuestiona tu opinión constantemente.
Este cliente a menudo cuestiona todo lo que haces y se nota que lo hace influenciado por alguien más.
Qué hacer: respira y mantén la calma. Reconoce que ha perdido la confianza en ti, dialoga con él y restablece esa confianza y, si no sirve de nada, es hora de separarse.
Nota: Cuando una relación profesional (o no) es tóxica lo mejor es dejar de trabajar conjuntamente. Hazlo de forma profesional y educada, no pongas tu reputación en juego hablando mal o de forma irrespetuosa. El peso que te quitas cuando te deshaces de una influencia tóxica en tu vida no tiene precio.
¿Cual es tu experiencia? ¿Cuál es el peor cliente con el que has tratado?.
Graduada en Empresas y Actividades Turísticas y Técnico Superior en Administración y Finanzas. Experta en Marketing digital, SEO, SEM y Social Ads. Ha trabajado y se ha especializado en empresas del sector turístico, de la restauración y de atención al cliente. Actualmente se dedica a gestionar la reputación digital de pymes y emprendedores/as. Además trabaja como speaker dando charlas sobre emprendimiento a jóvenes de Educación Secundaria.